Para estar con él.

"No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mi. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy pues a prepara lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar , vendré otra vez, y os tomare a mi mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabes a donde voy, y sabéis el camino." Juan 14:1-4



Se nos avecinan tiempos difíciles. Nubes negras se posaran sobre la humanidad; crisis económica, desastres naturales, apostasía religiosa, conspiraciones gubernamentales, persecución, engaños, guerras, enfermedades, hambre, maldad, angustia de las gentes que miraran expectantes el desenlace del panorama profético en que nos estamos adentrando cada día más.

Me gustaría decirte otra cosa, otro mensaje; que toda ira bien, que la prosperidad esta al alcance de una buena confesión, que es verdad que estamos entrando a un nuevo estado de conciencia, que las cosas se estabilizaran, que la paz y seguridad serán reales, que el ecumenismo es el camino, que los referentes mundiales tienen todo controlado, que aquellos que creen en el hombre nunca sufrirán decepción, que da lo mismo el camino que elijas, que no hay castigo eterno, que los alienígenas nos echarán una mano, que nunca volverá a ver otro holocausto judío, que la amenaza nuclear es una exageración, que la naturaleza dejara de golpearnos, que no hay verdades absolutas y que el próximo gobierno mundial tendrá un origen divino. Pero no es así, y no se trata de ser optimista o pesimista, se trata de decir la verdad, de responsabilidad, de consecuencia; aunque sea impopular, aunque termine en una cisterna por anunciarlo, aunque me malinterpreten y me refrieguen en le rostro mi "intolerancia". La verdad es la verdad, y todo esta escrito y se cumplirá fielmente en nuestros días.

En medio de este panorama, todos necesitamos dar una mirada a nuestro hacedor, venir a Él y ponernos a cuenta, ordenar la casa, contar nuestros días, traer sabiduría al corazón, dar una mirada profunda a la profecía bíblica y confiar inquebrantablemente en el Dios de amor y sus fieles promesas.

Por eso encabecé esta publicación con Juan 14:1-4, pues estos palabras del Maestro son un fiel reflejo de su corazón, de sus intenciones, de su dulce amor y compañerismo con los suyos. No temas, no te turbes, confía en mi, nos dice Jesús. Tengo una morada, un lugar reservado, lo preparo especialmente para ti, y pronto, cuando todo este listo, voy a regresar por ti, voy a volver a buscarte porque somos uno, porque fuiste fiel en lo poco, porque aunque tienes poca fuerza has guardado mi palabra y no has negado mi nombre, por que mis pensamientos hacia ti son de bien y no de mal, porque te amo y por que simplemente quiero que "donde yo estoy vosotros también estéis."

Hay muchas razones teológicas que demuestran que la Iglesia del Señor no pasara los siete años de tribulación que viene sobre la tierra; que la Iglesia no esta reservada para la ira, que el énfasis esta puesto en Israel, que la interpretación literal lo establece, etc. Sin embargo, lo mas importante es el deseo de Jesús de llevarnos consigo, de que estemos con el para no separarnos nunca mas, que la unidad del gran matrimonio nunca sea disuelta y que la esperanza y la fe tengan su justa recompensa. "...donde yo estoy, vosotros también estéis..."

Es cierto, viene días difíciles, días de indignación, pero los que hallaron el camino angosto, aquel pedregoso y difícil de transitar, pueden confiar que el inminente harpazo nos llevara a la mismísima presencia de aquel que dio la vida por librarnos.

“Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto pasa la indignación. Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya mas a sus muertos" Isaías 26:20-21

Ya sabemos el camino.