- Señales de la naturaleza
- Señales de sociedad
- Señales de apostasía
- Señales geopolíticas
- Señales de Israel
Además del cristianismo, que sin duda tiene la fiel promesa del Señor Jesús de regresar en cualquier momento, tenemos las otras dos grandes religiones monoteístas del mundo. El mundo musulmán también aguarda de manera inminente la consumación de los tiempos. El islamismo radical encabezado hoy en día por los dirigentes de Irán, cree que faltan solo unos años para que el "gran Imán" regrese específicamente en el lugar sagrado del monte del templo de Jerusalén. Según su sistema falso de creencias un gran conflicto bélico dará al lugar al regreso de su "Mesías" a la tierra y están determinados a provocarlo con una guerra nuclear en contra del "gran Satanás" y "pequeño Satanás", Estados Unidos e Israel respectivamente. Creen ser elegidos para destruir el sionismo y preparar el camino para la consumación de los tiempos y el establecimiento del Islam como religión mundial.
El judaísmo por su parte están convencidos que el Mesías prometido está a punto de venir para restaurar el trono de David y establecer el reino milenial. Todos los días oran tres veces en el muro de los lamentos por el advenimiento del Hijo de David. Y respetados rabinos enseñan sobre los pocos años que quedan para cumplir los designios de la Tora. Ellos están convencidos que una vez que reconstruyan el Templo de Jerusalén y sean restituidos el sanedrín y el sistema de sacrificios de animales, el Mesías descenderá del cielo a traer la justicia eterna prometida en la escritura.
Lo realmente inquietante es que la proximidad del fin de esta dispensación es mucho más real y determinante para el Islam y el judaísmo que para muchos cristianos que hoy tienen la venida del Señor por tardanza.
Las señales del tiempo del fin son básicamente una alineación con los sucesos descritos en el periodo de tiempo conocido como la "gran tribulación". Insisto, son una alineación de sucesos con el periodo futuro de la angustia de Jacob. Como el desarrollo de las piezas en un tablero de ajedrez, tomando el centro del tablero, poniendo en juego caballos y alfiles, dejando en posición ventajosa las torres y la dama, cambiando algún peón y disponiendo todo para las ultimas jugadas que terminar en el jaque-mate tan esperado.
De este punto de vista las señales que tenemos al alcance son señales que concuerdan con la proximidad del periodo descrito en Apocalipsis e indirectamente del rapto de la iglesia, pues este es inminente y no requiere el cumplimiento de ninguna señal profética para llevarse a cabo.
El harpazo es inminente, podría pasar ahora mismo, no requiere ningún requisito profético, y las señales de los tiempos evidencian la proximidad de lo que vendrá después, la gran tribulación.
De entre estas señales proféticas sin duda la más importante son las que tienen que ver con el pueblo escogido por Dios. Esto tiene sentido, pues el harpazo es el encuentro de Cristo con su Iglesia y la manifestación gloriosa es el encuentro de la nación de Israel con Jesús el Mesías. El énfasis del tiempo apocalíptico estará puesto en Israel.
"...que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito..." Romanos 11:25-26
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