Señales de la sociedad.

Cuando observamos con detenimiento el panorama profético que nos muestra la escritura, podemos inferir algunas características generales que el mundo debería tener para dar soporte a los asombrosos detalles de los últimos tiempos.


Algunos teólogos afirman que era necesario el aumento de la densidad poblacional para que la profecía del ejército de doscientos millones, procedente de oriente pudiera tener su cumplimiento. El aumento de la ciencia seria otra "necesidad" profética, este aumento del conocimiento trae consigo la invención de la bomba atómica que algunos identifican con el pasaje de Zacarías 14:12, o el desarrollo de la televisión y la Internet que harán posible que el mundo entero este siempre al tanto de acontecimientos tales como la muerte y resurrección de los dos testigos del Apocalipsis o la manifestación gloriosa del Mesías en tierra santa.

Aunque lo anterior podría ser muy discutible, lo que escrituralmente esta muy documentado es el estado en decadencia del carácter de los hombres en los postreros tiempos. La Biblia advierte un aumento de la maldad describiendo un tiempo marcando por guerras y rebeliones y una sociedad que tiene como gran denominador la descarada inmoralidad.

"También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita. " 2 Timoteo 3:1-5

El mismo Señor Jesucristo al describir los últimos tiempos utiliza una analogía de estos con lo que el denomina los "días de Noe" y los "días de Lot". Lucas 17:26. La incredulidad, indiferencia y dureza de corazón que manifestaron los hombres al escuchar las advertencias de juicio que les profería Noe, se vuelven a repetir hoy en día. Esta característica no cambiara hasta que el juicio sea manifiesto y la puerta del arca se cierre ante sus narices. Y que decir de los días de Lot, cuando la maldad de Sodoma y Gomorra subía hasta la presencia de Dios. El pecado de la homosexualidad, practicado de manera descarada, se convierte en algo totalmente aceptado y quienes se atreven a denunciar la depravación de estos actos son tildados de intolerantes por la opinión pública. El trastoque de valores me hace recordar lo dicho por el profeta Isaías

¡ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz, que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! Isaías 5:20

No solo la sociedad actual no sufre la sana doctrina, además protegen y justifican sus pecados ocultándose tras lo que ellos llaman "tolerancia". Para ellos todo es relativo, no hay ley superior, ni Dios justo que nos haga responsables de nuestros actos. No hay verdad absoluta, se ríen de la Biblia y condenan a quienes se atreven a creerla y publicar su verdad. Es muy probable que los dedos acusadores de la persecución final se levanten en contra de los “intolerantes”, en contra de cristianos fundamentalistas que se oponen al progreso del ecumenismo, en contra de los pocos que aun pretendamos vivir la vida cristiana como Dios la estipulo.

Esta maldad tomara dimensiones nunca antes vistas cuando la Iglesia sea trasladada en el harpazo y el misterio de la iniquidad no tenga quien lo detenga. El inicuo tomara el control y el gobierno imperante será completamente diabólico.

En medio de semejante realidad debemos cumplir nuestra tarea de ser columna y baluarte de la verdad, una reserva moral para estos tiempos. Cada día se hará mas difícil, la persecución se tornara aun mas cruda, pero la verdad no puede diluirse en medias verdades, no puede esconderse para no molestar, no debe temer ser mal tildada.

Lo cierto es que los traten el verdadero cristianismo como una suerte de intolerancia, no toleran que se les diga la verdad, no toleran que alguien se levante para llamar al pecado por su nombre, no toleran las advertencias del juicio que esta a punto de desatarse.

"He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra." Apocalipsis 22:12