Voy a ser raptado.

Tengo serias razones para creer que yo, mi esposa y me pequeño hijo vamos a ser raptados.Este blog sera el medio que dejare para que todos mis seres queridos, amigos y personas con las cuales convivo diariamente puedan saber exactamente que nos sucedio.Antes de continuar quiero insistir en la seriedad de este asunto, se me acaba el tiempo y tengo por delante largas horas de dedicacion para que la informacion que poseo pueda estar accesible al momento de separarnos. Mi desaparicion es inminente y espero actuar con consecuencia los dias que quedan.Se que te resultara muy facil subestimar mis palabras y no darles la connotacion que requieren, pero cuando el momento llegue espero que recuerdes este sitio y busques en él la razon de lo que me ocurrio.
Por favor lee desde el principio.

sábado, 1 de mayo de 2010

Entremos en tierra derecha.

Creo que ya es tiempo de entrar en tierra derecha, comencemos por una pregunta de rigor, ¿cuánto sabes del joven carpintero?.

De seguro conoces que nació en un humilde pesebre, que dedicó su juventud a crecer en gracia y sabiduria para con Dios y los hombres, que a su mayoria de edad escogió a los doce, que recorrió muchas provincias haciendo milagros, sanando enfermos y compartiendo un mensaje superior a la religiosidad humana, el mensaje del amor incondicional de Dios hecho hombre.

Vivió una vida excepcional, pero no fue solo un profeta, no fue solo una gran reformador, no fue un moralista, no fue solo un santo. Había algo distinto en él, algo diferente en su mirada de fuego, en su ternura con aquellos que todos despreciaban, los niños lo seguían, la gente recorría largas distancias no solo para verlo, no sólo para recibir sanidad, sino para buscar esperanza y cambiar al escuchar sus dulces palabras. Es que había algo distinto en él, no hablaba como el resto, sabía a lo se refería cuando hablaba del cielo, de Dios, del amor. No buscaba la verdad, no buscaba algun camino, no buscaba sentido a su existencia, él era y es el camino la verdad y la vida.

No olvidemos que murío en la cruz para llevar nuestras faltas, no abrió su boca para reclamar por la injusticia, el Maestro estaba colgando de una cruz, desnudo, sus manos y sus pies atravesados por unos inmensos clavos, su rostro desfigurado por la corona de espinas, su cuerpo lleno de heridas sangrantes, las mujeres lloraban, los discípulos ya no estaban, algunos se burlan de él mientras otros le escupen al pasar, el peso de nuestras culpas lo llevan a un estado de soledad y abandono que no podemos imaginar, sólo rompío su silencio santo para rogar por nosotros, para pedir algo de beber y para entregar su espíritu, "consumado es" exclamó y murió.

Hubo un terremoto, tinieblas cayeron sobre el lugar, el velo del templo se partio en dos y alguno tuvo palabras de reconocimiento diciendo "verdaderamente éste era Hijo de Dios".

El habia nacido para morir, y su muerte fue sobre todo necesaria. No existía otro camino para poder llevarnos con él, alguien debía tomar nuestro lugar y él lo tomo en obediencia y amor.

Al tercer dia resucitó y se quedó con sus discípulos varios dias, les dió varias enseñanzas y partió en su ascención a vista y paciencia de muchos.

Esto no es una vieja historia, cada uno de nosotros alguna vez debe pronunciarse frente a ella, cada uno de nosotros debe ver cara a cara al joven carpintero y dar un paso al costado o uno hacia sus brazos extendidos. De esta decisión depende todo.

Para terminar hoy debo insistir en dos puntos: el primero es que hablo muy en serio cuando digo que poseo informacion fidedigna sobre mi inminente desaparición, lo segundo es que quizás no sepas que el joven carpintero de quien te hablé no sólo se fue en una nube, también prometió regresar de la misma forma.